Arrecife en Lanzarote
A pesar de ser la gran desconocida de nuestros visitantes a Lanzarote, Arrecife conserva interesantes rincones como son su pequeño casco histórico, su valiosa marina y bahía, el acogedor Charco de San Ginés o la playa de El Reducto de fina arena blanca.
La capital también cuenta con dos emblemáticas fortalezas que protegían a la ciudad de los ataques piratas:
Castillo de San Gabriel
Las intenciones defensivas ante las incursiones norteafricanas sobre Lanzarote motivaron al Señor de la Isla, Marqués de Herrera y Rojas, allá por el siglo XVI, a construir un pequeño castillo con cuatro esquinas en punta de diamante que fuera capaz de resistir los ataques exteriores. El pirata Morato Arráez se encargaría de reducirlo a cenizas en 1586, hasta que el rey Felipe II encarga al ingeniero Leonardo Torriani una mejora general de la fortaleza que se ha conservado hasta nuestros días.
Castillo San José
El Castillo de San José fue construido entre 1776 y 1779, en la marina próxima a Arrecife, para avistar la llegada de piratas a la isla, y de paso, para dar trabajo a los lanzaroteños, especialmente necesitados tras las erupciones de mitad de siglo. El rey Carlos III mandó construir lo que la imaginación popular acabaría denominando «Fortaleza del Hambre«. Su arquitecto Claudio Lisle la situó en los aledaños del puerto de Arrecife y posteriormente fue utilizada como almacén de pólvora.
Tras un siglo de abandono, César Manrique despertó en las autoridades el interés por recuperarlo y convertirlo en un Museo de Arte Comtemporáneo, dentro de su política de convertir Lanzarote en un destino turístico con atractivas ofertas de todo tipo. Para empezar, Manrique limpió el terreno, un descampado polvoriento y pedregoso, y diseñó una explanada frontal que pone de manifiesto la fuerza del edificio y que informa de la esencia de recinto artístico al castillo con la exhibición de algunas piezas de escultura moderna. Al pie de los cimientos, ante el mar, construyó un restaurante abierto al océano mediante una cristalera que ocupa todo el frontis.
En Arrecife se pueden encontrar establecimientos de primera calidad y un buen nivel de servicios, desde restaurantes, cafeterías y terrazas hasta todo tipo de establecimientos alojativos y una variada oferta comercial, enmarcados en un entorno único.